La producción de «Apocalypse Now», dirigida por Francis Ford Coppola, es célebre no solo por su impacto cinematográfico, sino también por el tumultuoso drama que se desarrolló detrás de las cámaras. La película, una adaptación de «El corazón de las tinieblas» de Joseph Conrad, se filmó en Filipinas y enfrentó numerosos desafíos que casi descarrilan el proyecto.
Desde el inicio, la producción estuvo plagada de problemas logísticos y climáticos. Los tifones destruyeron decorados enteros, lo que obligó a retrasar el cronograma de filmación y a inflar el presupuesto. Además, Coppola tomó decisiones arriesgadas, como despedir a Harvey Keitel después de unas semanas de rodaje y reemplazarlo con Martin Sheen, quien sufrió un infarto durante la filmación, complicando aún más la situación.
El comportamiento errático de Marlon Brando, quien llegó al set sin haber leído el guion y con un peso considerablemente superior al esperado, añadió otra capa de dificultad. Coppola tuvo que improvisar y ajustar escenas para acomodar al actor, lo que llevó a cambios significativos en la narrativa.
La presión financiera y emocional afectó a Coppola, quien invirtió gran parte de su fortuna personal en la película. A pesar de estos desafíos, el resultado final fue una obra maestra que redefinió el cine bélico, demostrando que, a veces, del caos puede surgir la genialidad.